Los arquitectos Roberto Riofrío y Micaela Rodrigo utilizaron materiales naturales para mimetizar esta casa, ubicada en Paracas, con el entorno que la rodea.
La perfecta unión entre el entorno y una arquitectura que destaca por los detalles sutiles, es la que lograron los arquitectos Roberto Riofrío y Micaela Rodrigo, de RRMR Arquitectos, al diseñar una casa de playa, en Paracas, pensada para vivir en ella todo el año.
Este hogar, de 680 m2, se levantó con materiales naturales que se mimetizan con el desierto, como piedras de apariencia natural, travertino, madera y concreto expuesto.
La casa se divide en tres bloques: en el principal está la sala, el comedor, la cocina y el dormitorio principal; el segundo es un ambiente independiente que alberga dos búngalos. La tercera zona reúne al área de servicio.
La sala y el comedor en un mismo espacio. Al fondo se luce un mueble bar hecho de madera que oculta la cocina.
La gran altura de la sala permitió instalar una chimenea de metal de ducto largo, que le da un aire industrial al espacio.
Las paredes se hicieron de concreto expuesto y el piso se revistió de porcelanato con apariencia de madera.
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